A través de dos jardines que aún perduran, pertenecientes a casas señoriales de l’Horta Nord, podemos estudiar la variación del concepto de jardín a través del tiempo.
Partimos del ejemplo de la Casa de la Sirena en Alfara, que data de la última década del siglo XVI, donde hoy, podemos ver lo que queda de un jardín clásico con planta de crucero, entendido como huerto-jardín, en donde la intención ornamental y la productiva se unen en un esquema de plantación y ordenación compacto, pero con una geometría autónoma del edificio del que forma parte, condición característica del Renacimiento.
Aunque las especies plantadas en los cuatro cuarteles han ido variando en el tiempo, el jardín, en su última época, estuvo plantado con dos cuadros de limoneros (Citrus limon) y dos de naranjos (Citrus sinensis) y, a pesar de su actual estado de abandono, aun podemos reconocer la intención jardinera de esta plantación de agrios por los caminos-paseo perpendiculares entre sí que la cruzan y el cenador de hierro rodeado por cuatro palmeras (Phoenix canariensis) en el centro del crucero, y además, por todos los componentes que le confieren el carácter de jardín. por:
-constituir un conjunto de especies predominantemente vegetales
-con valor ornamental, y en ocasiones productivo
-con presencia de agua, que garantiza la vida
-con una ordenación que trata de afirmar, en unos casos, y negar en otros, la Naturaleza circundante, de la cual se separa mediante una tapia.
La importancia de este jardín radica en la rareza del hecho de que perdure el tipo, sin haberse modificado el esquema compacto con plantaciones posteriores porque, a pesar de que las ha habido -existen especies típicas del siglo XIX, como Araucaria, Bambusa, etc- se hicieron en la zona perimetral, respetando el trazado principal, lo que hoy nos permite apreciarlo como un tipo de jardín que sólo estamos acostumbrados a ver en dibujos y grabados de época.
El otro jardín es el de la Alquería Nova de Sant Josep, situado en el Camino Viejo de Godella y fechado alrededor de 1.830, dos siglos más tarde que el anterior, con el que muestra grandes diferencias de concepto.
-La primera diferencia es la incorporación del esquema básico de composición de la casa al jardín, prolongando sus ejes, incorporando las perspectivas y determinando la división del espacio en cuatro cuarteles, sin preocuparse en exceso de su simetría.
-La segunda diferencia es que, en ese momento, a principios del siglo XIX, las palabras “huerto” y “jardín” comienzan a tomar sentido por separado. El jardín, se alza como un decorado frente a la casa, co la inclusión de especies botánicas exóticas o de colección, muy en boga en la época. En la Alquería Nova de Sant Josep, encontramos:
Pinus halepensis, Jacaranda mimosifolia, Populus y algún ejemplar valioso, como un Taxus de considerable altura y antiguedad.
El huerto, en la parte posterior de la casa, no ha acabado de desprenderse completamente de su carácter ornamental, formando parte de un sistema diferenciado del jardín pero se yuxtapone con él, tratando de integrarse para constituir una unidad. Su eje principal se sitúa en la parte trasera del edificio y se convierte en un paseo central entre naranjos, que acaba en un edículo adosado a la tapia de cierre que a su vez acompaña un paseo perimetral que da la vuelta a toda la propiedad, incluyendo huerto y jardín.
De esta clase de jardines, aun contamos con otros ejemplos como el de Peñacerrada en Muchamiel (Alicante), y algunos desaparecidos pero de los que nos queda constancia, como l’Hort de Juliá en Valencia, entre otros.
En resúmen, se trata de la evolución del concepto de jardín a lo largo de más de dos siglos, durante los cuales:
-Se incorpora el esquema compositivo edificio-jardín, inexistente con anterioridad.
-Se mantiene cierto carácter ornamental en la zona de huerto.
-Al espacio diferenciado de jardín se le reconoce su valor ornamental, desprendiéndose de su carácter productivo pero sólo parcialmente, ya que continúa formando parte de una unidad por medio de paseos que incluyen jardín y huerto.
-Se mantiene la tapia de cierre
Cuando desaparecen las tapias de las propiedades agrarias, es cuando verdaderamente, se produce la separación entre el valor ornamental y el productivo, tal como hoy lo entendemos.
(Actas del I Congrés d’Estudis de l’Horta Nord. Meliana, Mayo 1997)
Muy bueno el artículo, sencillo e ilustrativo. El año pasado vi el de Mutxamel, me gustó mucho.
Gracias Blas, la idea seguir con más artículos sobre el tema, ya sabes que tenemos debilidad por estos jardines tan nuestros y tan perdidos.
Merece la pena leer este artículo para los que como a nosotros nos apasiona el jardín en sus orígenes como fuente de suministro de frutas y flores con elemento agua. Además si lo ha escrito Maria Teresa más ya que es sabia en temas jardineros
Gracias Ramón por tus comentarios. María teresa promete seguir colaborando con dpaisaje.com con más publicaciones, seguiremos disfrutando y aprendiendo con ella.
El jardin de Muchamiel tiene aun mucho trabajo por hacer, tanto en el edificio como en el jardin. Especialmente interesante me parecio la zona existente al final del.eje principio. En estado de semirruina, la casa de la bruja me llamó especialmente la atencion. Saludos desde Sevilla.